Podían existir una gran variedad de mitos de todos tipo, pero sin duda el que redactare a continuación es el que menos se quisiera mito, y es que, todas inconcientemente queríamos que fuera cierto y no una fantasía.
Debo a aclarar que esto ocurría en mi generación, que por lo demás, es de ya hace varios años; pensemos en que las cosas pueden cambiar y mejorar.
Lo que se decía en mi colegio, y esto es casi citar las voces de la directora o el rector,
“de esta institución se graduaran las señoritas mas virtuosas , integrales, comprometidas, y preparadas para el mundo laboral; el cual no tendrá problemas en recibirlas ya que el nombre de nuestra institución es el de mayor prestigio de todos los colegios técnicos profesionales de la zona, y esto es gracias a los valores cristianos que forman parte del proceso académico”
Desglosemos paso a paso este mito, y para comenzar tenemos “virtuosas, comprometidas e integrales” de esto se puede decir que tal vez, sí, podían existir niñas con estas características, pero era un caso especial puesto que la mayoría de las niñas nos alejábamos mucho de la virtuosidad, hay que solo pensar un par de minutos lo que pueden idear un grupo de mujeres en edad adolescente que pasan mas de 8 horas juntas. Cosas que van desde como hacer para capear las misas o planear cimarras o simplemente de que manera lograríamos salir un poco antes para ir en busca de los chico de colegios cercanos, esto además de otras practicas un poco mas oscuras que no viene al caso detallar.
En segundo lugar “nuestra institución es el de mayor prestigio de todos los colegios técnicos profesionales de la zona”, esto si que era mito todos queríamos de verdad creerlo pero se savia que habían otros nombres de colegios que sonaban mas al momento de buscar practica, y que siempre quedábamos en las listas de espera de las empresas mas “importantes”.
Y para terminar existe esta idea de los valores cristianos, como vimos antes siempre hay excepciones, y claro había una pastoral de jóvenes muy comprometida y un grupo de monjas y profesores que amablemente nos obligaban y presionaban a las chicas que no seguíamos la religión; con la idea de que si no participábamos en las actividades propuestas por la iglesia podíamos de alguna misteriosa forma bajar nuestro rendimiento académico.
Esta es mi perspectiva, mi forma de cómo viví la experiencia de haber pertenecido a un colegio católico y de niñas, de esta manera yo pase por la enseñanza media y pertenecí al mito.
GLORIA
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