El Instituto Valentín Misionero de San Juan es un colegio católico y sus dueños además de algunos profesores y alumnos escogidos con pinzas, participaban de una comunidad o “movimiento” denominado “Comunión y liberación”, fundado por un sacerdote italiano llamado Luigi Rossi.
Todo el colegio hablaba de esta comunidad y la mayoría la conocía como “la secta” del I.S.P.M, porque si bien es cierto se sabía superficialmente que era un movimiento cristiano, eran muy pocos los que realmente lo conocían o podían participar de sus reuniones secretas. Los profesores se veían de algún modo obligados a participar de esto, y es un poco obvio, pues los dueños del colegio los incitaban a ello y les convenía también para mantener su trabajo. También los alumnos eran incentivados a participar, pero solo algunos, los que ellos consideraban más inteligentes y con mejores capacidades para pertenecer a “su secta” eran recibidos.
Una vez que un alumno aceptaba participar de su comunidad, servía de “sapo”, y contaba todos los pormenores de lo que sucedía al interior de los cursos, o muchas veces le encargaban tener novedades de tal o cual persona. Pero casi nadie notaba quienes eran, ya que el hermetismo de esta comunidad era total…
No era extraño que los alumnos que eran parte del mafioso movimiento cuando estaban en su licenciatura fueran acreedores del premio “Instituto San Pablo Misionero”, porque según ellos “era un ejemplo de lo que el colegio quería reflejar en cuanto a valores cristianos y encarnaba la forma de ver la vida de un misionero”….en fin…todos consideraban que era una especie de secta o mafia.
Su ídolo era el señor Giustiniani, una especie de dios en
Al fin y al cabo, los más beneficiados eran los profesores que formaban parte de esta hermandad, porque eran ellos los que viajaban todos los años a Italia con todos los gastos pagados y se daban la “Dolce vita”.
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