“Para la otra semana los quiero a todos bien bañados, por que no quiero nada de olores extraños de púberes en esta sala”.
Aquellas palabras todavía las tengo guardadas en mi memoria, por que fue lo primero que nos dijo en primer día de clases, donde todos los pares éramos nuevos.
Esta singular persona era la profesora, o mejor llamada miss de ingles. Alta, robusta, amachada, poco agraciada y un tanto militarizada. Su forma de enseñar era mas bien ultra rígida, por lo cual todos intentaban entregar sus trabajos el día correspondiente, o sino el reto iba a ser universal, y nadie quería estar allí para contarlo. A raíz de esto se formo un lazo fraternal con dicha profe, que al momento de su despedida, fue toda una tristeza verla marchar lejos de nuestras vidas
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