Una de las personas que más recuerdo de mi colegio es precisamente, mi “profe de historia” tenía alrededor de 57 años, de estatura pequeña, y una de sus características más recordadas sin duda es su particular tono de voz muy, pero muy agudo.
Algo que me impresionaba de ella era su constante afán por lograr que todos, todos se desarrollar de la misma forma, que todos alcanzáramos los mismos conocimientos, que sacáramos buenas notas, la presión que ejercía en nosotros para que estudiáramos y no solo en su clase sino que en cada asignatura, se involucraba muchísimo con cada estudiante, incluso realizaba talleres de historia después de su horario de clases para preparar a los alumnos, para la esperada PSU, creo que todo lo hacia solo por vocación y me sorprendía que a pesar de que muchas veces su esfuerzo no fuera valorado, incluso por aquellos alumnos de los que más se preocupaba, ella seguía insistiendo, no se cansaba y continuaba ayudándonos.
A nadie le caía bien, de hecho los comentarios de pasillo eran: ah, te toca con la profe de historia ¡que fome, me cae mal, es tan pesada!
Sin embargo en su clase todos aprendíamos; creo que ella marco en cierta forma mi deseo por estudiar pedagogía, el ver que sí existen profesores que trabajan por vocación, me insto a elegir está carrera.
Lizú._
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