Alumnos y Docentes se forman frente a la enorme bandera, flameando al viento con su azul, blanco y rojo, símbolo de tanta sangre derramada por soldados combatientes que valerosamente dieron su vida por la patria.
Pero sin duda, el legado no toca al alumnado presente. La espesa mayoría muestra una actitud desafiante ante las autoridades; se avientan cohetes de papel entre sí, se molestan unos a otros, se ríen a carcajadas en la fila, en fin.
Evidentemente, el mensaje altamente patriótico les importa un carajo.
Al terminar el acto cívico, los alumnos son enviados a sus respectivas salas de clases y enseguida los acompaña un profesor que les reprende severamente por esa falta de respeto mostrada, y les amenaza con una anotación directa al libro de clases, lo cual les tiene sin cuidado. No obstante, y pese a todo, el lunes siguiente se reunirán durante la mañana como de costumbre par entonar el Himno Nacional, y se continuarán tomando medidas para lograr un orden y un respeto por la patria nunca antes logrado.Ariadne
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